El árbol y los búhos

Hace pocas horas una vieja amiga de Paty nos trajo una hermosa pieza de arte hecha por ella misma. Como se puede ver en la foto, la misma consiste en un árbol en el que habitan 6 búhos, es decir Paty y yo más los 4 hijos que viven con nosotros en casa. Hemos de recordar que tenemos dos ángeles en el cielo, producto de embarazos que no llegaron a feliz término.

En parte pensando en ellos y en parte pensando en futuros hijos con los que Dios nos pueda bendecir, le comentaba yo a nuestra amiga que lo bueno de ese árbol es que tiene muchas ramas donde poder alojar a más buhitos. María Claudia, la mayor de las hijas, escuchaba atentamente y de inmediato añadió:

Claro que caben muchos más. En esta rama puede ir mi tía Maykha, aquí puede ir Marianita y en esta otra podría ir Jorge.

Hablaba María de la viuda y los hijos de mi hermano Reinaldo. ¡Que catequesis han sido para mi estas palabras de Macalla! (que es como le decimos en casa a María Claudia): se trata obviamente de alojarlos a ellos tanto en casa como en nuestro corazón. Eso es todo.

Ya hemos comenzado con Jorge. No es raro el fin de semana que pasa con nosotros en casa, y durante el cual asiste con nosotros a la eucaristía el sábado por la noche y a laudes los domingos por la mañana. Ya pronto le tocará a Mariana quedarse a dormir en casa de sus primas y con el favor de Dios en algunos años estarán ambos haciendo las catequesis y entrando en alguna comunidad del Camino. Que se yo. A lo mejor Dios tienen otros planes para ellos pero por los pronto queda claro que en nuestro árbol hay ramas de sobra para recibirlos. Bendito sea el Señor.

El árbol y los búhos

Desde el 1-35 de Camino de Tarabana

8 de Junio de 2012. Día histórico para esta familia. Me tomo un descanso en medio de la locura que ha sido el día de hoy para escribir estas lineas desde la casa que Dios nos ha regalado y a la cual al fin nos hemos mudado. Será esta una entrada muy corta pues aun no acaba el ajetreo y si Patricia me ve metido en internet en lugar de estar ayudando me va a matar.

Solo nos queda esperar que el Señor venga a santificar esta casa y nos ayude a desde aquí continuar anunciando a Cristo Resucitado.

Gracias por sus oraciones.

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Desde el 1-35 de Camino de Tarabana

Mudanza en puerta

Ya hemos hablado en entradas anteriores sobre la casa que con el favor de Dios hemos podido comprar y la que después de un año de remodelaciones está finalmente en condiciones de que nos mudamos a ella.

Pues este próximo fin de semana pareciese ser el indicado por el Señor para que empaquemos nuestro cuatro corotos e iniciemos una nueva etapa en nuestras vidas. Dios mediante entre viernes y sábado ya debemos haber desocupado el apartamento que hemos alquilado durante estos últimos 12 meses para instalarnos en nuestro propio hogar. Dios no se deja vencer en generosidad.

Los cómodos apartamentos donde el Señor nos permitió vivir por un año

Les dejamos a continuación estas fotos que ilustran las distintas modificaciones hechas a la casa y esperamos pronto seguir actualizando este blog desde nuestra nueva dirección. Gracias por sus oraciones.

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Mudanza en puerta

El poder de la oración (o de como el Señor viene a consolarnos)

Ya con anterioridad hemos hecho mención a la casa que hemos comprado, hace un año aproximadamente, y a los distintos trabajos y arreglos que hemos tenido que hacerle a fin de volverla habitable y poder mudarnos a ella. Han sido unos meses de arduo trabajo y al fin, después de numerosos esfuerzos de todo tipo (físico, financiero, psicológico, etc…) henos ya a punto de mudarnos a nuestro propio hogar.

La causa de nuestras angustias y desvelos

Durante este fin de semana, sin embargo, con mucha tristeza y no menos rabia, nos hemos percatado de una expansión horrorosa que un vecino está llevando a cabo en su casa, la cual queda prácticamente detrás de la nuestra. Si sigue por donde va, no solo nos veremos privados de nuestra privacidad en un alto grado, sino que el valor de nuestra propiedad se verá negativamente afectado con bastante seguridad.

Regresamos al apartamento donde hemos vivido alquilados estos últimos meses en un estado semi-depresivo, dándole vueltas en nuestras cabezas a las posibles acciones a tomar. Gracias a Dios el Espíritu Santo nos movió a la oración y con salterio en mano nos dispusimos a hacer la oración de las laudes, que aun no habíamos hecho a esa hora de la mañana. Y vean como el Señor se ha aparecido en medio del comentario al evangelio del día que tomamos de esta página, y como nos ha cambiado la tristeza en alegría, gracias al consuelo que solo Él puede dar. Citamos lo que dice el Rev. D. Josep Vall, de Barcelona, España:

En el Evangelio del día, el Señor habla a los Apóstoles acerca de la alegría que han de tener: «Que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado» (Jn 15,11). En efecto, el cristiano, como Matías, vivirá feliz y con una serena alegría si asume los diversos acontecimientos de la vida desde la gracia de la filiación divina. De otro modo, acabaría dejándose llevar por falsos disgustos, por necias envidias o por prejuicios de cualquier tipo. La alegría y la paz son siempre frutos de la exuberancia de la entrega apostólica y de la lucha para llegar a ser santos. Es el resultado lógico y sobrenatural del amor a Dios y del espíritu de servicio al prójimo.

Romano Guardini escribía: «La fuente de la alegría se encuentra en lo más profundo del interior de la persona (…). Ahí reside Dios. Entonces, la alegría se dilata y nos hace luminosos. Y todo aquello que es bello es percibido con todo su resplandor». Cuando no estemos contentos hemos de saber rezar como santo Tomás Moro: «Dios mío, concédeme el sentido del humor para que saboree felicidad en la vida y pueda transmitirla a los otros». No olvidemos aquello que santa Teresa de Jesús también pedía: «Dios, líbrame de los santos con cara triste, ya que un santo triste es un triste santo».

Así que ya sabemos que las cosas se enfrentan es con mucha alegría y confianza en el Señor. Es Él quien lleva nuestras vidas y lo hace todo perfecto. Ya veremos como se soluciona (o no) el problema con el vecino, sabiendo que lo importante es la experiencia de Dios que nos quede al final de todo.

El poder de la oración (o de como el Señor viene a consolarnos)

Verdaderamente, ¡Dios provee!

¿Todavía queda gente que a estas alturas aun no crea en la providencia divina? Si es así avisenme que yo les puedo echar el cuento de lo que recientemente ha acontecido en nuestra familia a ver si aun no se convencen.

Hace una semanas comentábamos lo apremiante de nuestra situación al haber vendido el apartamento en el que vivíamos hasta ese entonces sin haber conseguido un lugar donde mudarnos. Todavía estaba en el aire que se aprobara el préstamo que estábamos solicitando para la compra de una nueva vivienda.

Pues bien, anoche nos acostamos a dormir en el apartamento que Dios puso en nuestro camino para que pudiésemos alquilarlo y no conforme con eso, el mismo día nos hizo saber que el préstamo antes mencionado ya ha sido aprobado y pronto estaremos finalizando la compra de esa nueva casa.

¿Ven como Dios no se deja vencer en generosidad? ¿Ven lo que sucede cuando uno pone toda la confianza en el Señor? Increíble, ¿no?

En cierta ocasión escuché a uno de mis catequistas decir que si uno estaba dispuesto seriamente a hacer la voluntad de Dios, Él a la larga terminaría haciendo la voluntad nuestra. Esto pareciese haber ocurrido el día de hoy, y por partida doble.

¡El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres! ¡Bendito sea al Señor!

Hogar, dulce hogar
Verdaderamente, ¡Dios provee!