Hace pocas horas una vieja amiga de Paty nos trajo una hermosa pieza de arte hecha por ella misma. Como se puede ver en la foto, la misma consiste en un árbol en el que habitan 6 búhos, es decir Paty y yo más los 4 hijos que viven con nosotros en casa. Hemos de recordar que tenemos dos ángeles en el cielo, producto de embarazos que no llegaron a feliz término.
En parte pensando en ellos y en parte pensando en futuros hijos con los que Dios nos pueda bendecir, le comentaba yo a nuestra amiga que lo bueno de ese árbol es que tiene muchas ramas donde poder alojar a más buhitos. María Claudia, la mayor de las hijas, escuchaba atentamente y de inmediato añadió:
Claro que caben muchos más. En esta rama puede ir mi tía Maykha, aquí puede ir Marianita y en esta otra podría ir Jorge.
Hablaba María de la viuda y los hijos de mi hermano Reinaldo. ¡Que catequesis han sido para mi estas palabras de Macalla! (que es como le decimos en casa a María Claudia): se trata obviamente de alojarlos a ellos tanto en casa como en nuestro corazón. Eso es todo.
Ya hemos comenzado con Jorge. No es raro el fin de semana que pasa con nosotros en casa, y durante el cual asiste con nosotros a la eucaristía el sábado por la noche y a laudes los domingos por la mañana. Ya pronto le tocará a Mariana quedarse a dormir en casa de sus primas y con el favor de Dios en algunos años estarán ambos haciendo las catequesis y entrando en alguna comunidad del Camino. Que se yo. A lo mejor Dios tienen otros planes para ellos pero por los pronto queda claro que en nuestro árbol hay ramas de sobra para recibirlos. Bendito sea el Señor.