¡Cristo, nuestra pascua, ha resucitado!

El día de hoy es como pocos. Mejor dicho, el día de hoy es como ninguno.

Comienza, junto con la vigilia pascual, a las 12 de la media noche y en algún momento entre esta hora y el despunte del lucero de la mañana, Cristo emerge victorioso del sepulcro abriéndole al hombre las puertas a la vida eterna. ¡Oh noche maravillosa!

Al concluir la vigilia nos fuimos al ágape de pascua el cual puedo decir sin temor a equivocarme, fue uno de los mejores que hemos tenido (si no el mejor). Para muestra, este videito tomado con la cámara de mi celular.

Al fin llegamos a casa como a eso de las dos de la tarde y a pesar de una contrariedad sufrida por el mal uso que algunas personas hacen de redes sociales como Facebook, podemos decir que la alegría de la pascua no nos la quita nada ni nadie. ¡Cristo ha resucitado y punto!

¡Cristo, nuestra pascua, ha resucitado!

Sábado de Gloria

¿Qué es lo que pasa? Un gran silencio se cierne hoy sobre la tierra; un gran silencio y una gran soledad. Un gran silencio, porque el Rey está durmiendo; la tierra está temerosa y no se atreve a moverse, porque el Dios hecho hombre se ha dormido y ha despertado a los que dormían desde hace siglos. El Dios hecho hombre ha muerto y ha puesto en movimiento a la región de los muertos.

Lo anterior, tomado de una antigua homilía sobre el santo y grandioso Sábado, describe el sentimiento de este día en el que todo ha girado en torno a los preparativos para la solemne Vigilia Pascual, que comienza en cuestión de pocas horas.

Desde la mañana y hasta bien entrada la tarde todo fue un constante corre-corre, comenzando con las laudes a las que asistió Patricia mientras yo alistaba a los niños aquí en casa. Luego ella nos pasó recogiendo y fuimos a la parroquia donde teníamos primero que nada, la preparación y asignación de lecturas para la vigilia, seguido del arduo trabajo que implica tener listo el templo para la fiesta más importante que pueda celebrar el cristianismo. Además, tuvimos que ir a comprar parte de los atuendos que vestiremos esta noche: zapatos para las niñas y pantalones para los varones.

De regreso a casa, hicimos un par de paradas más para comprar cosas que hacían falta en la casa y henos aquí, bañados y listos para vestirnos cuando sea la hora para luego marcharnos a celebrar que Cristo, nuestra pascua, ha resucitado.

Cristo desciende a rescatar a los justos del Antiguo Testamento

Para concluir, les dejamos a continuación la homilía completa que citábamos al darle inicio a esta entrada. En ella se describe el encuentro entre Cristo resucitado y Adán, como figura de los justos del Antiguo Testamento que esperaban la redención. ¿Estás listo (o lista) para recibir a Cristo Resucitado en tu vida?

¿Qué es lo que pasa? Un gran silencio se cierne hoy sobre la tierra; un gran silencio y una gran soledad. Un gran silencio, porque el Rey está durmiendo; la tierra está temerosa y no se atreve a moverse, porque el Dios hecho hombre se ha dormido y ha despertado a los que dormían desde hace siglos. El Dios hecho hombre ha muerto y ha puesto en movimiento a la región de los muertos.

En primer lugar, va a buscar a nuestro primer padre, como a la oveja perdida. Quiere visitar a los que yacen sumergidos en las tinieblas y en las sombras de la muerte; Dios y su Hijo van a liberar de los dolores de la muerte a Adán, que está cautivo, y a Eva, que está cautiva con él.

El Señor hace su entrada donde están ellos, llevando en sus manos el arma victoriosa de la cruz. Al verlo, Adán, nuestro primer padre, golpeándose el pecho de estupor, exclama, dirigiéndose a todos: «Mi Señor está con todos vosotros». Y responde Cristo a Adán: «y con tu espíritu». Y, tomándolo de la mano, lo levanta, diciéndole: «Despierta, tú que duermes, y levántate de entre los muertos y te iluminará Cristo».

Yo soy tu Dios, que por ti me hice hijo tuyo, por ti y por todos estos que habían de nacer de ti; digo, ahora, y ordeno a todos los que estaban en cadenas: “Salid”, y a los que estaban en tinieblas: “Sed iluminados”, y a los que estaban adormilados: “Levantaos.”

Yo te lo mando: Despierta, tú que duermes; porque yo no te he creado para que estuvieras preso en la región de los muertos. Levántate de entre los muertos; yo soy la vida de los que han muerto. Levántate, obra de mis manos; levántate, mi efigie, tú que has sido creado a imagen mía. Levántate, salgamos de aquí; porque tú en mí y yo en ti somos una sola cosa.

Por ti, yo, tu Dios, me he hecho hijo tuyo; por ti, siendo Señor, asumí tu misma apariencia de esclavo; por ti, yo, que estoy por encima de los cielos, vine a la tierra, y aun bajo tierra; por ti, hombre, vine a ser como hombre sin fuerzas, abandonado entre los muertos; por ti, que fuiste expulsado del huerto paradisíaco, fui entregado a los judíos en un huerto y sepultado en un huerto.

Mira los salivazos de mi rostro, que recibí, por ti, para restituirte el primitivo aliento de vida que inspiré en tu rostro. Mira las bofetadas de mis mejillas, que soporté para reformar a imagen mía tu aspecto deteriorada. Mira los azotes de mi espalda, que recibí para quitarte de la espalda el peso de tus pecados. Mira mis manos, fuertemente sujetas con clavos en el árbol de la cruz, por ti, que en otro tiempo extendiste funestamente una de tus manos hacia el árbol prohibido.

Me dormí en la cruz, y la lanza penetró en mi costado, por ti, de cuyo costado salió Eva, mientras dormías allá en el paraíso. Mi costado ha curado el dolor del tuyo. Mi sueño te sacará del sueño de la muerte. Mi lanza ha reprimido la espada de fuego que se alzaba contra ti.

Levántate, vayámonos de aquí. El enemigo te hizo salir del paraíso; yo, en cambio, te coloco no ya en el paraíso, sino en el trono celestial. Te prohibí comer del simbólico árbol de la vida; mas he aquí que yo, que soy la vida, estoy unido a ti. Puse a los ángeles a tu servicio, para que te guardaran; ahora hago que te adoren en calidad de Dios.

Tienes preparado un trono de querubines, están dispuestos los mensajeros, construido el tálamo, preparado el banquete, adornados los eternos tabernáculos y mansiones, a tu disposición el tesoro de todos los bienes, y preparado desde toda la eternidad el reino de los cielos.»

Sábado de Gloria

Viernes Santo

Desde anoche el día de hoy se perfilaba como uno largo y atareado. Y en efecto, así fue. Pero Dios quiso que todo se fuera resolviendo bien y al final del día el balance es positivo.

Comenzamos temprano en la mañana decidiendo como hacer para ir a rezar laudes, participar en el Vía Crucis que le sucedería y llevar a los niños al ensayo de los cantos de la Pascua; todo con un solo carro. Si a esto le añadimos el montón de diligencias y compras que Patricia tenía que hacer, se entenderán los momentos de tensión que vivimos durante la primera parte del día. Sin embargo, como ya hemos dicho, todo se fue solucionando y a las dos de la tarde estábamos listos para iniciar la celebración de la Pasión del Señor y el rito de la adoración de la Cruz Gloriosa.

Al terminar fuimos Patricia y yo (los niños se quedaron con sus abuelos) a comernos un almuerzo tardío, en medio del ayuno penitencial que la iglesia recomienda para este Viernes Santo, para luego darle inicio al ayuno sacramental que nos va a ayudar a estar en tensión y expectativa para la noche de mañana. Noche de noches. Noche en medio de la cual Jesucristo victorioso retorna del Sheol para abrirnos las puertas eternas.

Más sobre la Vigilia Pascual el domingo por la noche. Mañana relataremos como transcurrió nuestro Sábado de Gloria.

Viernes Santo

Jueves Santo

De nuevo, el largo y lento viaje al cementerio. Mis planes iniciales eran ir a la funeraria a darle el pésame a mi viejo amigo José Ignacio Gutierrez por la muerte de su padre y después irme rápidamente a mi casa o a dedicarme a las cosas de la semana santa. Pero el Señor me inspiró otra cosa. Terminé acompañando a la familia Gutierrez a la hora de darle cristiana sepultura al esposo, padre y abuelo que los dejaba para irse al cielo, a la derecha del padre. A los amigos, familiares y allegados de la familia les informamos que el novenario de misas comienza este Domingo de Resurrección, a las seis y media de la tarde, en la iglesia Nuestra Señora de la Consolación en Barquisimeto, Venezuela.

Por lo demás, a primera hora de la tarde, junto con los hermanos de nuestra comunidad tuvimos el rito del lavatorio de pies y luego nos reunimos en casa de los abuelos junto con mi hermana Lorena y su esposo Luis Eduardo quienes visitaban desde su ciudad de Valencia.

Seguimos adentrandonos en el Santo Triduo Pascual y nos preparamos para la Resurrección del Señor que ya es inminente.

Jueves Santo

Miércoles Santo

Definitivamente no sabemos ni el día ni la hora. Hoy nos enteramos de la muerte del padre de un excelente amigo. Lo más increíble es que hace exactamente una semana nos encontramos con él y con su esposa en un supermercado. Nos detuvimos a saludarlos y a juzgar por su apariencia poco nos íbamos a imaginar que el Señor lo llamaría a su lado unos días después.

Estando en la funeraria nos enteramos de que tenían planeado un viaje a Alemania para los primeros días del mes de Mayo con la finalidad de visitar a su hijo (mi amigo), quien vive allá desde hace varios años. Tenían ya todo listo, pero seguramente no les cruzaría por la mente que Dios le iba a adelantar el viaje al Sr. Gutierrez y a cambiarle el destino a uno muchísimo mejor: al Paraíso, a la diestra del Padre. Descanse en paz y que el Señor guarde su alma para la vida eterna.

Después de pasar por la funeraria (sin poder ver a mi amigo quien aun no había llegado desde su trasatlántico viaje) cerramos el día con un Vía Crucis por las calles de la parroquia organizado por los hermanos del Camino Neocatecumenal. Estuvo muy bueno y no pude dejar de pensar en la familia Gutierrez en cada una de las estaciones. Verdaderamente Dios no deja nunca de sorprendernos.

Día 110

Miércoles Santo