…o si lo prefieren, del colegio a la casa. Da lo mismo.
En esta ocasión queremos compartir con ustedes la experiencia de llevar a cuatro niños con edades que van desde los 4 hasta los 11 años de edad desde la casa hasta el colegio (o viceversa).
Todo comienza cuando el despertador suena a las 5:30 am. Después de los corre-corre que implica buscar uniformes, desayunar, mandar a peinar, cepillar dientes y preparar mochilas, finalmente salimos todos disparados por la puerta en frenética carrera para montarnos en el carro y meternos en unos 45 minutos de tráfico mañanero donde sucede la parte más divertida de la mañana. Imagínense por un momento a 4 pequeñines diciendo cosas como:
Papá, ¿me puedes dar plata para comprarme la camiseta de Brasil?
Papá, ¡Santy me pegó!
Papá, ¿puedo bajar la ventana?
Papá, ¡tengo ganas de hacer pipí!
Papá, ¡Santy tocó mi lonchera!
Papá, no me estudié las tablas de multiplicar, ¿podemos practicarlas ahora?
Papá, ¡tengo ganas de vomitar!
Papá, mira como pongo los ojos.
Papá, ¡se me quedó la tarea en la casa!
Lo verdaderamente entretenido es que todas estas cosas las están diciendo (a veces gritando) a la misma vez, todo el camino, desde la casa hasta el colegio.
Y viceversa.