Hace dos años comenzamos esta segunda iniciación a la oración en la que hemos ido descubriendo como es que Jesús quiere que recemos: El Padre Nuestro.
Pues bien, ahora nos encontramos en su tercera y última etapa; y lo único que podemos decir es que a estas alturas del Camino y gracias al Espíritu Santo que va obrando en nosotros, podemos comenzar a ver esa filiación divina que nos permite exclamar con confianza: ¡Abbá, Padre!
Para no entrar en mas detalles y dejar que cada quien viva esta maravilla en su debido momento, me limitaré por lo pronto a compartir algunas fotos de la convivencia que da inicio a este paso y que tuvimos ya hace un mes aproximadamente.
Y siguiendo en la onda de ponernos al día con los últimos acontecimientos de la familia y de la comunidad, atentos con la entrada de mañana que será bien especial; al menos para los Silva Cedeño.